¡Señor! ¡Enséñame a envejecer! Hazme
comprender que la Comunidad no tiene la culpa si ya no me encomienda
responsabilidades ni pide mi opinión y ha llamado a otros para que ocupen mi
lugar. Aleja de mí el orgullo de la experiencia vivida y la convicción de que
soy necesario.
Que
no me aferre únicamente a la ley del tiempo mientras poco a poco me voy
desprendiendo de las cosas y me dé cuenta de que en este turnarse de tareas,
descubro una de las experiencias más interesantes de la vida que se renueva
bajo el impulso de tu Providencia.
Haz
, oh Señor, que yo pueda ser útil todavía, contribuyendo con el optimismo y la
oración a la alegría y al entusiasmo de quienes están de turno en las
responsabilidades, viviendo un estilo de vida humilde y sereno en contacto con
el mundo en continua renovación, sin quejas sobre el pasado, convirtiendo mis
sufrimientos humanos en un don de reparación social.
Que
mi retiro de la vida activa se cumpla de una manera simple y natural como un
feliz ocaso del sol.
Perdona
si solamente hoy, en la tranquilidad, logro comprender todo lo que Tú me has
amado y socorrido. Que al menos ahora yo tenga viva y penetrante la percepción
del destino de gozo que me has preparado y hacia el cual me has encaminado
desde el primer día de mi vida.
Señor,
¡enséñame a envejecer así! AMEN
Felicidades por tan hermosos gestos de amor a la población Adulto Mayor. Que el Todopoderoso les bendiga.
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